Una estrella llamada Lucía

Sonriente, positiva, fuerte, vanidosa y apasionada por la comida, la música y la tele. Es así que buena parte del equipo de enfermería del CTI y colaboradores de diversos sectores describen a Lucía María da Costa Amaral de 66 años, tras sufrir de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa del sistema nervioso.

Además de paciente, actuó durante 25 años en el HSJ como técnica de enfermería y marcó su pasaje en la institución con su sonrisa, siendo agradable, solícita con todos y atenta con los pacientes. “Cuando supe que ella estaba internada y en una unidad de Pronto Atendimento, y que necesitaba ser transferida para un Centro de Terapia Intensiva, hice de todo, junto a mis colegas para que pudiera ser transferida al HSJ”, relató Camila de Oliveira, técnica de enfermería. Entonces, cuando Lucía necesitó de cuidados de sus colegas de profesión, fue acogida por su segunda familia-el equipo de enfermería que siempre que fue posible atendía sus deseos, en consonancia a la campaña “ ¿Qué es lo importante para ti?”

Quem entrava no quarto nº 10 do CTI do SUS percebia que era mais do que um local de internação. Era o lar da Lúcia, graças ao carinho dos profissionais, que se dedicavam a levar conforto à paciente com decoração e objetos – sempre a seu gosto. “Tinha de tudo: suas bijouterias, porta-retratos com nossas fotos e também um pen drive com músicas… ela ouvia e ficava dançando com a cabeça. Eu gostava muito dela e, sempre que podia, a presenteava com brincos”, contou a Técnica de Enfermagem Gabriela de Oliveira Pereira. Ali no quarto, houve muita diversão, mesmo diante das dificuldades.“Quando ela ainda tinha os movimentos do braço, trocava o canal da TV e nos chamava para assistirmos juntas. Também nos contava sobre os episódios das novelas que não conseguíamos assistir. E quando não deixávamos as coisas do jeito que ela queria? Ela brigava com a gente”, lembrou Cenira Siqueira do Cabo, Técnica de Enfermagem, divertidamente.

Quien entraba al cuarto nº10 del CTI del SUS percibía que era más que un local de internación. Era el hogar de Lucía, gracias al cariño de los profesionales, que se dedicaban a llevar conforto a la paciente con decoración y objetos –siempre a su gusto-. “Había de todo: sus bijuterías, portarretratos con nuestras fotos y también una memoria USB con música… ella oía y se ponía a bailar con la cabeza. Le gustaba mucho y siempre que podía, le regalaban aretes”, contó la técnica de enfermería Gabriela de Oliveira Pereira. Allí en el cuarto, hubo mucha diversión, incluso frente a las adersidades. Cuando todavía podía mover el brazo, cambiaba el canal de TV y nos llamaba para que lo veamos juntas. También nos contaba sobre episodios de novelas que no conseguíamos ver ¿Y cuando no dejábamos las cosas de la forma que ella quería? Ella peleaba con nosotros” se acordó Cenira Siquiera del Cabo, técnica de enfermería, divertidamente,

 

Una gran familia

  “Tengo una larga historia con Lucía, pues ella me recibió con mucho cariño y me enseñó los primeros pasas como técnica de enfermería. Fue difícil tener que lidiar con ella en la condición de paciente. Día tras día, la vi debilitarse. En su primer cumpleaños, le hicimos una sorpresa: movilizamos a todo el hospital y familiares para hacer una fiesta. Le contamos que la llevaríamos para el patio a tomar sol, pero cuando llegamos a la recepción, di una vuelta y la llevé para el evento. Cuando ella vio a todos, se alegró mucho y se emocionó. Ella ya sabía que era muy querida para nosotros, pero después de esa acción, tuvo la certeza y se sintió muy acogida”, contó la enfermera Carla Cristian Thomaz Cruz.

Embora tivesse um filho biológico, Rafael Amaral, Andressa Alves de Paula foi “adotada” por Lúcia. “Ela me cobrava netos, inclusive. Sempre pedia para eu pentear o cabelo dela. E mais: Lúcia recebia manicure para fazer suas unhas, era muito vaidosa”, brincou a Técnica de Enfermagem, que sentiu quando a paciente estava prestes a falecer. “Na minha última revisão, ela olhou para mim e chorou. Foi a primeira vez que a vi chorar, pois sempre encarou a internação de maneira positiva. Mexeu a boca, disse que precisava descansar. Aquilo me doeu, precisei ser forte, e disse para ela descansar. Em resposta, afirmou que nos guardaria no coração. Soube que estava se despedindo. Imagine conviver com uma pessoa por dois anos, tê-la como mãe, e passar por isso? Foi muito difícil”, contou Andressa, emocionada.

Aunque tuviese un hijo biológico, Rafael Amaral, Andressa Alvez de Paula fou adoptada por Lucía. “Ella incluso me exigía nietos. Siempre me pedía para peinarla. Es más: Le hacían la manicura, Lucía era muy vanidosa” bromeó la técnica de enfermería, que se conmovió cuando la paciente estaba a punto de fallecer. “En mi última revisión, ella me miró y lloró. Fue la primera vez que la vi llorar, pues siempre encaró la internación de manera positiva. Movió la boca, dijo que necesitaba descansar. Aquello me dolió, necesitaba ser fuerte, y le dijo que descansara. En respuesta, afirmó que nos guardaría en el corazón. Supe que se estaba despidiendo. Imagina convivir con una persona por dos años, tenerla como madre, y pasar por eso? “Fue muy difícil”, contó Andressa, emocionada.

E não eram apenas os profissionais da Enfermagem do CTI SUS que Lúcia considerava como sua “família emprestada”. Tatiana Guimarães Medeiros, analista da Auditoria de Contas Médicas, foi parceira de trabalho da Lúcia quando atuava no SUS e sempre a visitava no CTI – às vezes, surpreendendo a paciente com uma coxinha de frango com catupiry (um dos salgados prediletos da amiga), quando autorizado. “Era uma pessoa iluminada, que irradiava alegria, dona de um sorriso encantador. Dedicada e comprometida com o trabalho por tantos anos, sem perder sua energia contagiante. Obrigada pelo privilégio de conviver com você durante todos os anos, Lúcia”, agradeceu Tatiana, sem economizar elogios. Outras visitas frequentes levavam amor e alegria ao quarto nº 10, como conta a Técnica de Enfermagem Adriana Siqueira de Souza. “Todos os dias, ela recebia visitas das tias e de uma amiga, que só não vinha aos domingos. O ex-marido também a visitava no período da noite, além do filho”, completou.

Y no eran sólo los profesionales de Enfermería del CTI SUS que Lucía consideraba como su “familia prestada”. Tatiana Guimarães Medeiros, analista de la Auditoría de Cuentas Médicas, fue socio de trabajo de Lucía cuando actuaba en el SUS y siempre la visitaba en el CTI – a veces, sorprendiendo a la paciente con una “coxinha” de pollo con catupiry (uno de los bocadillos predilectos de la amiga), cuando le fue autorizado. “Era una persona iluminada, que irradiaba alegría, dueña de una sonrisa encantadora. Dedicada y comprometida con el trabajo por tantos años, sin perder su energía contagiosa. Gracias por el privilegio de convivir contigo durante todos los años, Lucía “, agradeció a Tatiana, sin ahorrar elogios. Otras visitas frecuentes llevaban amor y alegría al cuarto nº 10, como cuenta la Técnica de Enfermería Adriana Siqueira de Souza. “Todos los días, recibía visitas de las tías y de una amiga, que sólo no venía los domingos. El ex marido también la visitaba en el período de la noche, además del hijo “, agregó.

 

¿Y qué era lo que le importaba a Lucía?

 Comer cosas sabrosas, estar siempre maquillada, con el pelo peinado y perfumado. “Era siempre vanidosa, adoraba una buena merienda y fiestas. Lucía demostraba que amaba la vida intensamente “,  les contó a los enfermeros Cláudia Rebello y Rodrigo Lessa. “Nunca voy a olvidarme de las veces en que pasaba frente a su habitación y ella me pedía maquillarla, pues le gustaba el estilo leve que yo hacía. Eso todo era muy positivo para mí. Me recuerdo bien cómo se sentía bien comiendo algo rico también “, declaró la Técnica de Enfermería Dulcineia Cardozo. “Para  que Lucía sea feliz sólo le teníamos que darle una comida deliciosa. Un día ella deseó unsándwich de jamón y queso entonces se lo servimos por la mañana y por la tarde. “Fue gratificante ver se mirada de agradecimiento”, agregó Adriana de Souza. “Cuando ella paró de engullir y también cuando tuvo dermatitis, impidiéndole ser maquillada, fue muy triste, pues vimos que eso le hacía falta”, agregó Andressa de Paula. Paseos en el patio también ocurrían, según relató el Enfermero Julian Warol.

Para Carla Cruz, que también ya agradó a Lúcia con chocolate y un pastel salado grande, la campaña “¿Qué es lo importante para usted?” Trajo un aliento para la paciente, durante la internación. “El proyecto hace posible cosas que, para nosotros, son accesibles, pero que, para los pacientes, no lo son. Incluso en una situación difícil, Lucía estaba en un lugar como si fuera el cuarto de su casa y nosotros, la segunda familia. Eso la ayudó a sufrir menos “, dijo. “El movimiento” ¿Qué es lo importante para usted? “Sucedía en todo momento con ella. Lo hacíamos incluso sin darnos cuenta. Lucía partió el día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para nunca nos olvidemos de esta fecha y ella ser recordada como nuestra guerrera”, finalizó Rafaela de Oliveira, Enfermera.

 

Agredecimiento

En el encuentro promovido por la Gerencia de Enfermería del Hospital, con la participación de Camila Lorenz, del área Corporativa de Salud, Medicina y Seguridad del Paciente de la Asociación Congregación de Santa Catarina, la familia tuvo la oportunidad de ver testimonios de los profesionales que la cuidaron y tuvieron contacto con Lucía y aprovecharon para agradecer al equipo. “Sentía seguridad en el cuidado que tenían con mi madre. “Me daba cuenta que ella los trataba como familia y hasta se ponía celosa”, bromeó Rafael Amaral, hijo. “La fiesta de cumpleaños que hicieron para mi madre fue la mejor que ella tuvo. Este hospital es todo para mí. Fui criado con lo que ella conquistó aquí y después ella fue cuidada. “Tengo un cariño muy grande por ustedes”, agregó. “La atención que ustedes tuvieron con ella fue excepcional. Ella tuvo amor y cariño venidos de ustedes. “Eso es impagable”, declaró Arlete da Silva, prima de consideración de Lucía.

También participaron del encuentro: Vera Lúcia Alexandra da Silva, tía de consideración; Ángela Nolasco, hermana de Vera, y Yolanda Rosa, tía.

 

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