Corazón calmado

Para realizar un tratamiento quirúrgico en la mano izquierda, doña Sonia Maria Passold, de 52 años, quedó internada en el Hospital Santa Isabel (SC), en mayo de 2018. Luego del procedimiento, Doña Sonia – sonriente y muy comunicativa – pasó a relatar, en la sala de recuperación, un poco de su historia y sus dificultades con las tareas diarias por sentir dolor intenso en la mano.

En 2012, ella sintió los primeros síntomas: entumecimiento y debilidad al agarrar objetos con la mano izquierda, que es su mano dominante. En aquella época, el médico prescribió analgésicos para aliviar el dolor. Sin embargo, con el tiempo, el dolor se hizo cada vez más fuerte y los medicamentos ya no estaban haciendo el efecto deseado.

En 2015, no sólo la mano izquierda le estaba molestando, sino que la derecha también comenzó a incomodarle con los mismos síntomas. Y Doña Sonia buscó nuevamente el hospital. En un primer momento, el médico indicó una medicación con un efecto más fuerte, pero no alivió los dolores. Después de varios exámenes, el médico, informó que sería necesaria la intervención quirúrgica y, después de 6 meses de la cirugía en la mano izquierda, ella tendría que ser operada en la mano derecha también.

Fue así que Doña Sonia tomó la actitud de pasar por el primer procedimiento. Y en ese contexto de internación, el movimiento “¿Qué es importante para usted?” Fue presentado a la paciente por los profesionales del hospital, ya que ellos notaron su gran preocupación con el marido, que tiene problemas de salud, es bastante ansioso y tiene presión alta.

Ella relató que su deseo, dentro de toda aquella situación, era que el equipo conversara con su esposo y le pidiera que aguardara su alta del hospital en casa, y no allí en el hospital. De esta forma, la paciente se quedaría más tranquila y estaría segura de que él no sufriría con esa espera. Después de esto, los profesionales hablaron con el marido de la paciente, para que él esperara en casa la llamada de los responsables del HSI para buscar a su esposa.

Doña Sonia agradeció mucho y quedó satisfecha por ese acto tan simple, que calmó su corazón y ayudó en su recuperación.

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